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Sabores de Córdoba

10 Vinos para saborear la Cata del Vino de Córdoba en casa

La Cata del Vino es el elemento más señalado de la gastronomía líquida cordobesa. Sigue nuestros consejos y no pierdas el entusiasmo por este evento, aunque lo celebres en tu hogar

Por Mara de Miguel.

Hoy 22 de Abril hubiera comenzado uno de los actos gastronómicos más importantes del Mayo Festivo: La Cata del Vino, donde hubiéramos vuelto a catar los clásicos de la juventud, hubiéramos probado las novedades de las bodegas y sobre todo, hubiéramos tomado mucho vino en buena compañía.

Desde Sabores de Córdoba hemos decidido hacer una selección para que puedas ir al super o pedirlo a las bodegas online y montarte en tu propia casa la cata de este año. Eso sí, la copa, de esta edición que todo el mundo colecciona, la pones tú o tiras de la de años pasados, porque el que no se consuela, es porque no quiere.

Los inolvidables

Pilycrim de Bodegas Navarro. La cata es el momento en el que muchos de los jóvenes universitarios cordobeses se inician en el mundo del vino, y si hay una marca que se ha traspasado de padres a hijos, de hermanas a hermanos es el vino de estilo Pale Cream (medio dulce) y el padre de la nueva era de vinos semidulces que tan de moda se han puesto en los últimos años en las barras de muchos bares. Es el Pilycrim, y es una institución que ha de ser catada, al menos una vez al año para recordar la alegría de cuando éramos jóvenes e inexpertos.

Fino CB de Alvear. Y es que no hay alegría más grande que tomarte en cualquier parte del año un fino CB. Un paradigma de lo que tiene que ser un fino por definición propia, que gusta a todos, a los entendidos y a los que se inician. Es ese vino amable donde el salto a la reducida azúcar residual, hace de balsa en el tanteo de los jóvenes con este tipo de vino generoso.

Una de lagares

Los Raigones, con su Caballo Cordobés se ha ganado a pulso con el paso de los años, en ser uno de los más destacados de los lagares de Montilla, con su esfuerzo en buena comercialización y buen hacer que ha sabido maridar la técnica ancestral de las tinajas con los tiempos modernos.

Lagar de Casablanca de Moriles, que con su delicioso Mosto Yema, es un vino para reposar los otros, no cansar al paladar y dejar que el toque de avellana fresco inunde nuestros sentidos entre risas y alegrías.

El vino del misticismo: Palo Cortado

Una de las categorías que más he reivindicado en los últimos años es el gran placer de beber Palo Cortado con toda la literatura que rodea a cómo se consigue elaborar este vino que algunos llaman el vino del salvoconducto divino.

Creo que de los Palos Cortados más interesantes que he probado desde la Cata del Año pasado han sido con su Gran Barquero Palo Cortado de bodegas Pérez Barquero, con esas notas de cata que lo hacen que sea fino en boca, y delicado, corpulento y profundo, suave, duradero e interesante.

Otra referencia a buen precio es el Palo Cortado de las bodegas Toro Albalá de Aguilar con su Marqués de Poley con sus recuerdos de tabaco, maderas, clavo y pimienta, elegante e intenso, como debería ser la vida.

Entre Oloroso y Amontillado anda el juego

Sin duda en recomendación de Amontillado me inclino por el de Bodegas La Inglesa, que han rescatado una de los conjuntos de Soleras más interesantes que quedaban en la comarca, y que es ahora, cuando hay que probarlo, antes de que se refresquen más de la cuenta y perdamos ese fantástico tesoro.

Oloroso Ecológico de Bodegas Robles. Creo que un Oloroso de iniciación, para catar es el ecológico de Bodegas Robles. El Oloroso tiene una enzima que hacer de protector de estómago cuando se va a beber más de lo normal. Así, que dos dedos en un copa de este vino, harán que tengas más hambre y que el resto de los vinos los digieras mejor.

Los de Postre, para cerrar

Los Pedro Ximenez dulce que hace años fueron el estandarte de venta de la comarca, son siempre un reclamo cuando llegan la última media hora de una jornada en La Cata. De buenas a primeras todo el mundo desaparece en busca de ese postre líquido antes de que cierren los stand, y poder dejar en el paladar la mejor de las sensaciones de fruta madura, miel, higos o fruta compotada, sin haber probado ninguno de esos alimentos.

Mi recomendación es un Pedro Ximenez Alamís de Bodegas San Acacio, de una de las pocas paseras con las que cuenta la denominación de origen.

Otro valor muy interesante es el Pedro Ximenez de Cosecha de Bodegas del Pino en Montalban, quizás menos conocidos pero con un talento único que muestras una inmejorable calidad precio.