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Sabores de Córdoba

Si no puedes visitar los Patios, te puedes comer sus flores

Por Mara de Miguel.

Ya es Mayo, y con él, en esta semana comenzaría el Festival de Los Patios, donde las casas de Córdoba se abren para mostrar, también, en fachadas y balcones el color y el olor de sus flores.

Aunque no vamos a poder visitar muchas de esas casas, este año os propongo hacer una cata de flores como las que hago a diario desde Primavera hasta Otoño en Patios de San Basilio, en el patio de La Costurera.

Y es que las flores, que engalanan nuestras casas en Córdoba, no son sólo un mero adorno, sino que son elementos culinarios, en la alta restauración y cada día más forman parte de la decoración y del sabor de los platos de grandes chef.

Hacer una cata de flores en un patio cordobés, es una experiencia única, puesto que así, la visita a uno de estos enclaves Patrimonio de la Humanidad, se hace con los 5 sentidos, ya que disfrutaremos del entorno con los ojos y los colores de las plantas, con la nariz por el olor de las flores, con el oído: con el canto de los pájaros y canarios que son la banda sonora de estos espacios y también con el tacto, puesto que en esta experiencia siempre se pueden tocar las plantas.

Y es que en esta experiencia sensorial va a aflorar una parte muy sensible de cada una de las personas que participen. Desde las agridulces, como el pensamiento, pasando por las rosas, que son ligeramente picantes, hasta las margaritas, con una variedad muy especial, como es la flor de Sechuan, o más conocida como la flor eléctrica, porque cuando la comes o tomas su polen, da un calambre en la lengua, sin olvidar las plantas aromáticas, como el romero, o la menta, a las que estamos más acostumbrados y que a pesar de todo nos van a sorprender.

Cada planta es distinta, hay algunas que son muy delicadas, pero que una vez que las manipulas ganan en intensidad, hay otras que sólo necesitan de una gota de aceite oliva virgen extra de cualquiera de las 4 denominaciones de origen de Córdoba: Baena, Priego, Montoro-Adamúz o Lucena, para descorchar la explosión de sabor.

Todas la personas que lo han probado se han sorprendido porque nunca pensarían que catar flores era posible, y es que un maridaje ideal es un sorbo de Palo Cortado de Montilla-Moriles de Lagar de Casablanca, con un geranio rojo, ( sólo los pétalos), porque la parte verde está amarga.

Además, esta experiencia permite tocar con las manos y descubrir la textura en la boca de muchas de estas flores, como la de los conejitos, o como los pensamientos que son sedosos al tacto, además de muy vistosos como decoración. A partir de ahora, ya sabéis que cuando en Córdoba te digan eso de te vas a comer tus pensamientos, puede ser ver, al menos, los mini-pensamientos.